Un nuevo año está a punto de empezar. Existe un ritual que muchas personas repiten año tras año en estas fechas y que consiste en marcar los buenos propósitos para el nuevo año.
Todos soñamos con mejorar nuestra vida y en eso consisten estos buenos propósitos porque nos planteamos perder peso, ahorrar más, dejar de fumar, leer más libros, beber menos alcohol… Realmente son propósitos que van a incidir de una forma muy positiva en nuestra vida ¿Entonces cuál es el problema? Que de todos los que se proponen cada año introducir estos nuevos hábitos en su vida o eliminar los malos hábitos, al finalizar el año tan solo un 8% de las personas lo lograrán.
Es posible que tú no te encuentres entre este 8% de los que han logrado cumplir los propósitos que se habían marcado para 2018. En este episodio te voy a explicar por qué no consigues cumplirlos y te voy a proponer una solución para que el año 2019 sea el año en el que sí formes parte de ese pequeño grupo de personas que consiguen lo que se proponen.
Suscríbete al podcast en Spotify, iTunes, o en iVoox, o en Google Podcast, para no perderte ningún episodio.
Año tras año millones de personas repiten un ejercicio que consiste en definir los propósitos de año nuevo con la esperanza de mejorar su vida. Los propósitos que más se repiten están relacionados con la salud, el dinero y las relaciones personales.
Índice de contenidos
Top propósitos de Año Nuevo
Según el portal Statista estos son los propósitos de año nuevo más comunes, concretamente los propósitos de año nuevo de los estadounidenses para el año 2018. Es probable que algunas de ellas te resulten familiares:
- Ahorrar más dinero.
- Perder peso o ponerse en forma.
- Tener más sexo.
- Viajar más.
- Leer más libros
- Aprender una nueva habilidad o afición.
- Comprar una casa
- Dejar de fumar
Comer más sano, hacer más ejercicio, y ahorrar más dinero suelen ser los propósitos más nombrados por las personas. Afectan, como vemos , a importantes áreas de nuestra vida.
El problema es que aproximadamente un 25% de las personas abandonan este propósito en la primera semana del año, menos de la mitad se mantendrán constantes tras 6 meses y tan solo un 8% lograrán cumplirlo al finalizar el año.
Es posible que tú ya te encuentres entre este grupo de personas que consiguen sus propósitos año tras año, pero lo más probable es que lo hayas intentado una y otra vez y que te hayas quedado en el camino, que no lo hayas logrado.
Es más, incluso puede ser que al fracasar año tras año, hayas dejado de intentarlo y te hayas pasado al grupo del 60% de personas que no se marcan propósitos de año nuevo.
Y esto me preocupa, de verdad, porque si lo intentas una y otra vez y fracasas, puede que se acabe generando en ti la creencia de que no tienes la capacidad de cambiar. Si es así, déjame decirte que estás equivocado.
Déjame decirte que esto tiene solución, que es posible que 2019 se convierta en el año en el que al fin logres alcanzar ese propósito o propósitos de año nuevo.
Porque el problema no es tu incapacidad para cambiar, el problema no es tu falta de voluntad, ni de constancia, el problema no eres tú, sino el método que has estado aplicando hasta ahora, el método que lleva al 92% de las personas a ir acumulando año tras año objetivos incumplidos.
Mejorar tu estado físico, tener mejores relaciones personales, sanear tus finanzas: todos estos son propósitos alcanzables. Lo único que debes hacer es no tomar la misma ruta que siguen la mayoría de las personas, debes identificar cuáles son los errores que la mayoría de la gente comete, evitarlos y trazar un nuevo camino, el camino que sigue ese 8% que sí lo logra.
¿Cuáles son los principales errores que nos impiden alcanzar nuestros propósitos de Año Nuevo?
1. Dudar acerca de la posibilidad de lograrlo.
La experiencia me ha demostrado que el primer paso para alcanzar un objetivo es sentir que es posible, que tienes la capacidad de lograrlo.
¿Pero qué pasa con los propósitos de año nuevo? ¿Cuántas veces te has propuesto bajar de peso y no lo has logrado? ¿Cuántas veces te has apuntado al gimnasio y lo has abandonado? ¿Y qué pasa con tus finanzas? ¿Siguen sin control?
Cada vez que te propones algo y no lo cumples empiezas a ver el éxito más lejos, empiezas a sentir que no eres capaz de lograrlo. De esta manera, esos objetivos que nos fijamos con tanta alegría acaban convirtiéndose en un peso que no nos deja avanzar.
Y es que, además, estamos hablando de que estos propósitos son muy importantes para nosotros porque responden a nuestros sueños,a como nos gustaría ser y estar.
¿Sabes que las personas de 20 años cuentan con el 39% de posibilidades de alcanzar un objetivo frente al 14% de una persona de 50 años?
Yo creo que uno de los motivos se debe a que nuestros continuos fracasos acaban haciéndonos sentir que no podemos tener éxito. Y eso acaba generando creencias limitantes en nosotros.
Mejorar esas áreas sobre las que trazamos nuestros propósitos de año nuevo resulta fundamental para alcanzar una vida mejor. Y es posible hacerlo, es posible que tu vida mejore, pero el primer paso que debes dar para conseguirlo es que superes tus dudas, que creas que es posible hacerlo, que sientas que tú lo vas a conseguir y que avances en la dirección correcta.
2. No aprovechar las lecciones del pasado.
A veces, la razón por la que estamos paralizados por nuestras dudas acerca de nuestras posibilidades es que no revisamos nuestro pasado, no hacemos una reflexión acerca de qué ha sucedido este año, no nos paramos a analizar cómo nos sentimos respecto al año que está terminando.
Reflexionar acerca de todo lo que salió bien y lo que salió mal, acerca de qué pasos hemos dado y cómo nos sentimos respecto a nuestros resultados nos ayudará a sacar lecciones. Y esta es, sin duda, la mejor manera para comenzar a planear algo mejor para el próximo año.
Un buen ejercicio sería confrontar tus creencias limitantes cada año. Pregúntante cuál de esas creencias te está limitando, cuáles de esas creencias subyacentes te están manteniendo estancado. Y trata de sustituir esa creencia por otra que la contradiga, por una verdad liberadora. Por ejemplo, si ante un propósito te surge la creencia “es que ya soy demasiado mayor” sustitúyela por “nunca es demasiado tarde”
3. Planteamiento incorrecto.
Cuando hablamos de nuestros propósitos de año nuevo lo hacemos de forma difusa, poco concreta, es decir, hablamos de sueños, pero no de objetivos.
Es cierto que estos propósitos responden a nuestros sueños, a la vida que nos gustaría construir, pero si queremos que nuestra vida se transforme debemos dar un paso, debemos convertir nuestros sueños en objetivos. Lo mismo sucede con nuestros propósitos de año nuevo.
No dejan de ser objetivos personales, pero los propósitos de año nuevo para la mayoría son una especie de sistema de fijación de objetivos falso que carecen de la fuerza necesaria para impulsarnos a tomar acción constante.
Cuando nos marcamos nuestros propósitos de año nuevo podemos sentir el cambio, sentimos la motivación del cambio, pero al plantear este cambio de forma incorrecta, esta sensación desaparece en cuanto surgen las dificultades.
En el episodio 35, ya te hablaba de esto ¿recuerdas? Uno de los cambios mentales que debes asumir es no confundir sueños con objetivos. Revísalo en este episodio.
4. No son concretos ni están delimitados.
Al tratar nuestros propósitos como sueños, no concretamos exactamente en qué consiste ese propósito. Algunos ejemplos
- Comer sano.
- Hacer más ejercicio
- Ahorrar más
- Leer más.
¿Cómo podemos medir de esta manera nuestro progreso? ¿Comer sano qué significa exactamente? ¿Ahorrar más resulta muy impreciso también?¿No te parece? ¿Cómo sabrás si estás yendo por el buen camino en tu propósito?
Necesitas definir un propósito de tal manera que puedas medir tu progreso.
A mí me pasaba como al 92% de los que año a año fracasan en sus propósitos, hasta que un año decidí convertir esos propósitos en objetivos.
Entonces, en lugar de “comer sano” tracé un plan que consistía en establecer una serie de días a la semana en los que no comía ni procesados ni productos de origen animal.
Empecé las primeras semanas con 1 solo día y poco a poco a lo largo del año fui introduciendo este hábito hasta alcanzar los 3 días a la semana.
Y lo mismo con el deporte. Me marqué el objetivo de caminar todos los días 10.000 pasos y alternar una tabla de ejercicios 3 días a la semana con 2 días de natación o correr.
Y así en todas las áreas de mi vida. Ese año marcó un antes y un después para mí.
Si concretas tus propósitos, si los planteas como un objetivo comprobarás que el estímulo que producen en ti es distinto.
¿Qué te parece más estimulante? Decir voy a hacer más deporte o saldré a caminar cada día media hora antes de ir al trabajo. Tiene una mayor fuerza hacerlo así, ¿no te parece?
5. Demasiados propósitos no alineados
Al inicio de año estamos muy motivados. Queremos cambiar y queremos que ese sea el año definitivo, el año del cambio. Entonces, decidimos que vamos a cambiar muchas cosas en nuestra vida. Nos sentimos imparables.
Queremos transformar cada una de las áreas de nuestra vida: dedicar más tiempo a la familia, sacar ese proyecto que llevamos tanto tiempo postergando, reducir nuestros gastos, viajar más, mejorar nuestro estado de salud.
¿Y qué pasa? Que tratamos de afrontar muchos cambios a la vez y no lo hacemos de forma organizada. Eso nos lleva inevitablemente a abandonar porque nuestro cambio se sustenta únicamente en nuestra fuerza de voluntad y es que la fuerza de voluntad tiene una capacidad limitada. Es como un músculo que hay que ir trabajando poco a poco, haciéndolo crecer para que no se agote.
Además, al marcarnos tantos propósitos corremos el riesgo de que se contradigan entre ellos y que se anulen. Vamos a verlo mejor con un ejemplo.
Si queremos pasar más tiempo con la familia, tal vez no sea el momento de centrarnos en sacar adelante ese proyecto o en ir más al gimnasio…Son metas que, en cierta medida, se contradicen. O tal vez viajar más y ahorrar más también pueden llegar a contradecirse.
Y esto nos sucede porque estos propósitos no están alineados con nuestra visión.
Lo más adecuado es trazar cambios progresivos y asumibles y que estén en consonancia con la visión global de nuestro ideal de vida. Y hacer un cambio a la vez para conseguir mantener el foco y la constancia.
6. Careces de una motivación intrínseca.
Cuando marcas tus propósitos estás muy motivado para lograrlos. Has decidido, por ejemplo, mejorar tu estado físico. Te compras ropa de deporte nueva, te apuntas al gimnasio, estás realmente emocionado, pero este estado de ánimo no dura mucho, la motivación poco a poco va desapareciendo.
Este es el motivo que lleva a ese 25% de las personas a abandonar su propósito en la primera semana. Y esto sucede porque no tienen una motivación intrínseca, no han planteado el verdadero motivo por el que quieren llevar a cabo ese cambio en sus vidas.
Vamos a verlo con un ejemplo nuevamente. Si quieres mejorar tu estado físico y quieres vincularlo a una motivación personal debes definir por qué quieres mejorar tu estado físico.
En mi caso, por ejemplo, cuando decidí mejorar mi estado físico tenía clarísimo cuál era mi motivación. Y esa motivación no me falló porque escondía un porqué poderoso. En verano jugando con mis hijos en la playa una ola nos tiró. Yo quise levantarme con mi hija en brazos y no fui capaz, no tenía suficiente fuerza.
Decidí que no quería verme más así. Entonces, cada día, cuando tenía que ponerme a hacer la tabla de ejercicios y no me apetecía revisaba mi motivación, recordaba por qué había decidido mejorar mi estado físico.
Busca el tuyo y establece un vínculo con tu propósito. Y todo cambiará este año.
7. No tienes un plan.
Quieres hacer un viaje. Sabes de dónde partes y hacia dónde te diriges pero no trazas una ruta. No sabes ni qué camino tomar ni con qué vehículo te vas a desplazar¿Cómo crees que vas a llegar, entonces?
Lo mismo pasa con los propósitos. Sabes lo que quieres pero no sabes cómo conseguirlo. Y en este punto juega un papel fundamental contar con un sistema, con un plan que te ayude a lograrlo.
Y esta es, sin duda, una de las principales razones por las que las personas no logran alcanzar sus propósitos: no establecen un plan para hacerlo.
Por ejemplo, si va a hacer ejercicio, ¿a qué hora del día va a hacer ejercicio? Tienes que ponerte en la situación y empezar a imaginar cómo va a suceder.
¿Cuánto dinero ahorrarás cada mes y cómo lo harás? ¿Crearás una cuenta de ahorro y destinarás una cantidad fija cada mes de forma automática? ¿Cómo harás un seguimiento de tu progreso … en una hoja de cálculo o con un planificador? ¿Cuándo y cómo revisarás tus metas?
La gente se emociona con sus metas, se motiva, pero no se ponen en la situación de trazar las acciones que le van a llevar a esa meta. ¿Cómo vas a hacer que las cosas sucedan? Tienes que trazar un plan, marcar una ruta que te lleve desde donde estás a donde quieres llegar.
Y estos serían 7 de los principales errores que comentemos con nuestros propósitos de año nuevo.
Es posible que quieras hacer cambios este año que viene.. Seguro que hay muchas cosas que te gustaría lograr y te preguntas cómo puedo hacer para que este año sea distinto al anterior. Deseas que el año 2019 sea mucho mejor que este que se ya se acaba.
Cada año tenemos una oportunidad de hacer que sea distinto, pero si no la aprovechamos esto se viene en nuestra contra porque acabamos generando en nosotros el sentimiento de que no somos capaces de conseguirlo.
Por eso, yo este año te propongo que cambies la forma de plantear tus propósitos de Año Nuevo, que este año lo hagas de una forma distinta.
Te voy a proponer un plan. Te propongo que te unas a la fiesta de la planificación. ¿Cómo hacerlo?
Suscríbete al podcast si todavía no lo has hecho, y a mi web mariajosesoto.com porque en las siguientes semanas te voy a compartir herramientas para que 2019 sí marque un antes y un después en tu vida, que sea el año en el que de verdad sientas que avanzas a esa vida que te gustaría tener.
- Vamos a empezar cerrando este año que se acaba, analizar nuestros errores y aciertos, y establecer una buena base para que este año que entra sea diferente.
- Una vez hecho esto, vamos a definir una visión, vamos a tener la claridad sobre qué queremos lograr en cada una de las áreas de nuestra vida.
- Y esto nos va a permitir definir objetivos. Vamos a ver cómo debemos definir estos objetivos para que realmente funcionen.
- Y finalmente vamos a trazar un plan de acción y vamos a hacerlo de tal manera que nos aseguremos que no vamos a abandonar, que vamos a hacerlo hasta que lo logremos. Es decir, vamos a establecer mecanismos para trabajar la constancia.
Me he propuesto que 2019 sea un año especial para todos, quiero que se convierta en el mejor año de nuestras vidas. Así que, si tú también quieres te animo a que sigas el podcast durante este mes porque voy a compartir contigo herramientas que te van a ayudar a tener claridad, tomar acción y hacerlo de forma constante.
Si quieres tener ventaja recuerda que he diseñado una herramienta que te va a ayudar a hacerlo posible en solo 12 semanas: 12S Focus Action Planner. Está disponible en la web focusactionplanner.com
Si estás en España lo recibirás en 24-48 horas. Y tendrás todo lo que necesitas para celebrar nuestra Fiesta de la Planificación.
Romi
Me encanto, muy cierto cada cosa que señalas. Yo en lo particular vengo trabajando en propositos y metas anuales hace un tiempo y me ha marcado una diferencia importante. Y hago balance tambien, tomar conciencia de lo que hice y lo que no hice me ayuda a plantar los objetivos del siguiente año. Y ademas, tambien motiva, porque me ha pasado que haciendo balance me doy cuenta de todo lo que he hecho, y muchas veces hasta cosas que me habia olvidado. Asi que me apunto a la fiesta de la planificacion.