¿Estás pasando por un momento difícil? A veces la vida puede ser algo dura y creo que son muchas las personas que están atravesando un período de oscuridad ahora mismo.
La vida está llena de altibajos. Hay momentos en los que la vida te sonríe, en los que todo te sale bien y otros momentos en los que todo se tuerce y empiezas a caer y llegas a un pozo que parece no tener fin.
Cuando atravesamos estos momentos difíciles, la vida puede llegar a parecer una pesadilla, un mal sueño del que quieres despertar.
Pero creo que todos tenemos la capacidad de utilizar los desafíos que se presentan en nuestra vida como oportunidades para crecer.
Creo que la forma en que respondemos en los momentos difíciles es lo que realmente acaba definiendo el tipo de persona en el que nos acabamos convirtiendo .
Cuando mejoramos nuestra capacidad para navegar en las tormentas que se presentan en nuestra vida, no solo conseguiremos vivir más felices, sino que experimentaremos una verdadera transformación. Si estás pasando por un mal momento, te invito a que te quedes hoy conmigo en este episodio en el que te voy a compartir cuáles han sido mis mayores aprendizajes para afrontar los momentos difíciles.
Índice de contenidos
Mis aprendizajes para superar los retos de la vida
Hoy quiero empezar este episodio contándote una historia. La historia de Victoria.
Con casi 60 años Victoria sentía que se encontraba en unos de esos momentos en los que la vida te sonríe. Tras haber dedicado toda su vida a sus dos hijos y su marido, del que hacía años que se había separado, ahora al fin tenía tiempo para disfrutar de su vida, de hacer todas esas cosas para las que antes no había tenido tiempo: viajar, salir con sus amigas, ir a clases de baile, aprender a coser… ¡Al fin sentía que la vida le sonreía!
Un día Victoria empezó a encontrarse algo mal. Un dolor en la espalda cada vez más punzante le hizo ir al médico. No era nada, una contractura nuevamente. Pero aquello a Victoria no le dio buenas sensaciones… Sentía algo diferente en esta ocasión, además, tenía un mal presentimiento. En pocos días empezó a perder la movilidad hasta que en menos de una semana apenas era capaz de sostenerse en pie.
Los médicos que le habían dicho que no era nada importante, en cuanto vieron la evolución decidieron ingresarla de urgencias. Tras varias pruebas, el diagnóstico fue como una bofetada que la dejó sin aliento: un tumor en una vértebra le había provocado una lesión medular que había paralizado la mitad inferior de su cuerpo.
La primera reacción que tuvo es ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora que empezaba a vivir esa vida que siempre quise? ¿Por qué si era tan feliz?
Los médicos le dijeron que iba a ser un proceso largo, que tenía una enfermedad muy grave con un duro tratamiento y que, además, tendrían que reconstruir parte de su columna vertebral, ya que había quedado dañada. Además, después de todo el proceso, le quedarían secuelas que probablemente le impedirían caminar.
Tras el primer golpe del diagnóstico, Victoria decidió que no podía caer en la auto compasión. Ella pensó que era el momento de sacar toda su fuerza. Ella tenía que vivir y volver a ser la que había sido hasta ese momento. Todavía le quedaban muchas experiencias por vivir. Ella quería conocer a esos nietos que aún no había tenido, criarlos. Ella quería tener una nueva oportunidad e iba a hacer todo lo posible por conseguirla.
A partir de ese momento conectó con la sensación de estar sana, con la sensación de esa vida que le esperaba cuando todo eso acabase. Superó operaciones, tratamientos, procesos de rehabilitación durante 8 meses ingresada en el hospital.
Dejó de escuchar los diagnósticos negativos y fue enfrentándose a cada uno de los pasos que tenía que dar en su proceso de recuperación con optimismo y alegría. A pesar de estar inmovilizada en una cama, su actitud siempre era positiva. Celebraba cada pequeño gesto con alegría y agradecimiento: las comidas que le servían, las personas que la visitaban, ese pequeño avance casi imperceptible para los demás… Encontraba motivos para sentirse agradecida.
Incluso contagiaba ese optimismo entre otros pacientes que sus familiares la llevaban a conocer para que los animase.
Los meses pasaron, fue superando cada uno de los tratamientos, las operaciones, las duras sesiones de rehabilitación, pero tras 8 meses, salió en una silla de ruedas sin apenas haber recuperado la movilidad de sus piernas.
Pero ella siguió confinado, ella no veía su futuro en esa silla, ella se veía caminando de la mano de esos nietos que quería conocer. Y, a pesar de que la realidad era otra, no dudó ni un solo momento de que esa no era su realidad. Y siguió su proceso de recuperación con todas sus fuerzas, siguió yendo a rehabilitación cada día y haciendo en casa una y otra vez los ejercicios que le mandaban.
Un año después de haber recibido aquel duro golpe, salió por primera vez caminando con muletas. Y en poco tiempo dejó de necesitarlas. Y hoy Victoria camina con total normalidad.
¿Por qué os cuento esta historia? Porque Victoria es mi madre y con este desafío que se presentó en su vida y en la mía también me dejó una serie de lecciones que me transformaron como persona.
Ha sido el momento más duro en mi vida y en el de mi madre, pero sin duda ha sido el que mayores aprendizajes me ha dejado.
Y quería compartirlos contigo porque sé que estamos viviendo tiempos difíciles. Es probable que tú o alguien al que conoces esté atravesando un desafío similar o incluso peor o que no tenga nada que ver con esto, pero te está haciendo sufrir y sientes que te has caído y no encuentras la salida, no encuentras ese cabo al que agarrarte para salir de ese pozo.
Por eso he decidido compartir contigo los aprendizajes que me ha dejado esta experiencia sobre cómo afrontar los tiempos difíciles:
1.Reconoce tus sentimientos y siéntelos.
No escapes de tus sentimientos. Si sientes amor, siéntelo. Si sientes dolor, siéntelo también. Si te sientes mal no trates de esconderlo. Es normal que cuando recibes un golpe haya una etapa durante la que te hundes y durante la que sientes dolor y a veces mucho dolor.
Vivimos en una sociedad que quiere escapar al dolor, no queremos sentirlo, buscamos soluciones rápidas para calmarlo, para no sentirlo, pero el dolor forma parte de la vida y suele traer mensajes para nosotros.
Desde niños nuestros padres tratan de evitar que sintamos dolor. Pero el dolor forma parte de nuestra vida. Necesitamos sentir dolor. Es algo natural. El dolor tiene el propósito de despertar. Sin embargo, muchas veces tratamos de evitar e incluso ocultar ese dolor.
Y el dolor trae un mensaje de seguridad en ti mismo porque, créeme, que solo puedes conocer tu verdadero poder cuando ejercer ese poder es la única opción que te queda.
2.Busca un propósito
Vale! Te duele, lo sientes, pero no quieres quedarte ahí. Ahora estás en un pozo, pero si quieres avanzar, si quieres salir de esa situación dolorosa debes buscar algo a lo que agarrarte.
En el caso de mi madre, ella lo tuvo claro: quería conocer a sus nietos.
Eso le dio la fuerza para enfrentarse a todos los retos que se le presentaron en el camino. Tenía un propósito, algo que le motivaba a seguir en los momentos en que todo parecía estar en contra.
Busca en ti ese propósito que te haga superar los obstáculos que se presenten en tu camino. Busca ese cabo al que agarrarte y no lo sueltes hasta que consigas salir.
3.Conecta con la alegría.
Hay personas que tienen la capacidad de tener una actitud alegre incluso en los momentos duros. Digamos que para ellos la alegría es una forma de vida que les permite enfocarse en celebrar siempre la vida, por muy duras que sean sus circunstancias.
Tal vez haya un componente innato en esta actitud, pero creo que en el fondo todos tenemos la capacidad de encontrar destellos de alegría incluso en momentos duros.
Conectar con la alegría nos hace sentir mejor y de esta manera elevamos nuestra vibración. Si buscamos esos pequeños momentos de alegría y dejamos de centrarnos en las dificultades conseguiremos tener una travesía más llevadera.
4.Actitud positiva y práctica.
Ponerte en un estado positivo es tal vez lo más difícil en un momento en el que todo alrededor se pone patas arriba, pero la vida es mejor cuando sonríes.
Ser positivo en una situación negativa no significa que seas ingenuo o que te auto engañes, sino que eliges enfocarte en las soluciones y no en el problema. Creo que es importante ser positivo a la vez que práctico.
Un ejercicio que me ayuda cuando se presenta un desafío es hacer una pregunta ¿Este problema tiene solución? Lo más probable es que la tenga e incluso varias soluciones posibles ¿La solución está en mis manos? Si está en mis manos actúo con confianza.
5.Confía.
Confía en ti y en la vida.
Estoy convencida de que la vida te ha entrenado para superar este reto. Estás preparado para hacerlo, si no no se presentaría para ti en este momento. Lo vi en mi madre. Si no hubiese afrontado otras dificultades anteriormente, creo que no tendría la misma fortaleza y la confianza que la acompañó durante todo el proceso.
Te invito a que pienses en situaciones similares por las que has atravesado y que has superado con éxito. Seguro que encuentras algún momento que te recuerda que tienes la habilidad para manejar desafíos y superarlos. Aumenta confianza en ti mismo y elimina la sensación de impotencia.
Y confía en la vida porque aunque ahora no lo veas los milagros a veces suceden.
6. Agradece lo que tienes.
Seguro que tienes algún motivo por el que estar agradecido.
Yo recuerdo un momento en el que, a pesar de que se presentaba un escenario dramático, fui capaz de conectar con el agradecimiento y esto me hizo sentir segura y confiar. Agradecí tener un equipo de profesionales que iban a hacer todo lo posible por sacar adelante a mi madre. Y, aunque, sabía que no iba a ser fácil ese sentimiento me generó felicidad.
Piensa en pequeñas cosas que puedes agradecer. Al final del día, no es la felicidad lo que nos hace ser agradecidos, sino la gratitud que nos hace felices.
7. Un paso a la vez
No trates de abarcar el problema de un bocado. Recuerda, un elefante se come bocado a bocado. Lo mismo sucede a veces con los retos que se presentan en nuestra vida.
Mi madre tuvo un proceso de recuperación de unos 18 meses. En este proceso hubo que superar muchos retos y lo hizo por etapas: primero se afrontaba una situación, una vez superada a por la siguiente.
La vida a veces se desmonta en un suspiro, pero volver a montarla suele ser un proceso más lento.
No busques apurar los tiempos, no tengas prisa y respeta los procesos. Cada cosa a su tiempo.
8. Enfócate en lo que puedes controlar.
Hay momentos en los que la solución no está en tus manos, que no depende de ti, simplemente no puedes hacer nada. Si es así toca esperar, observar y sacar una lección.
Tal vez en este momento te toque aceptar lo que sucedió y utilizar ese aprendizaje para avanzar. Esa experiencia probablemente te va a situar en una posición ventajosa con todo lo que aún tienes que experimentar.
Probablemente con el paso del tiempo encuentres un significado a esto que te ha sucedido. Si ahora no lo entiendes, simplemente déjalo ir.
Si ahora estás en un momento de oscuridad, si no eres capaz de ver la salida y ni un ápice de luz parece alumbrar tu camino me gustaría decirte que no estás solo y que esto también pasará.
A menudo cuando atravesamos un momento difícil, nuestro pensamiento nos engañará haciéndonos creer que esto solo nos sucede a nosotros. Casi parece que el universo está conspirando contra nosotros y quiere hacernos daño. Eso llegué a creer al menos yo.
Hasta que me di cuenta de que la vida es como un océano, con olas que suben y bajan. Y es así para todo el mundo. Esperar que la vida sea una travesía sin dificultades es querer nadar en un océano en el que las olas solo suben y que nunca se estrellan.
Lo que sea que te pase a ti, de la misma forma o algo similar, probablemente ya le ha pasado a alguien y ha conseguido superarlo. Y si ellos han podido tú también. Por eso, esa experiencia te enseña que tarde o temprano esto va a pasar y tal vez cuando estés atravesando la tormenta más fuerte y oscura, descubras dentro de ti esa luz que te ilumina para seguir hacia delante.
En algunas ocasiones será necesario que tomes acción para superar esos momentos difíciles. Otras veces, simplemente se irán apagando y morirán solos, y todo lo que puedes hacer es tener paciencia y esperar. De cualquier manera, sea cual sea la dificultad que estás atravesando recuerda que esto también pasará y que de esto vas a salir reforzado.
joanna van holsteijn
Hola Maria José ,
Yo estoy buscando mi proposito y sé lo que es pero no sé como ponermelo en marcha en una manera más placentera.Y como puedo encontrar la manera de poder aportar al maximo al mundo.
Por eso navegando en internet buscando todo sobre el proposito he encontrado a ti.Y me gusto mucho tu podcast.Busco ayudo a explotar este proposito.Puedes ayudarme??
María José Soto
Joanna, gracias por tu mensaje. Estaré encantada de ayudarte.
MAMI
Buen día, en estos momentos me encuentro atravesando un momento muy difícil y aunque a veces es muy fácil dar consejos es sumamente difícil ponerlos en practica cuando nos toca, siempre pensamos si nos pasa esto actuaria de esta manera y cuando llega ese momento se nos olvida todo lo que sabemos y quisiéramos correr y escapar de nuestros problemas es difícil hacerles frente y superarlo aun mas. Me identifique mucho con tu articulo…Gracias!
María José Soto
Me alegro de que te haya servido. Ánimo en el proceso. Gracias por compartirlo.
Sonia
MªJosé mil gracias por tu podcast, he llegado a este sitio por casualidad y para mi sorpresa cuando te he escuchado estaba escuchando la historia de mi hermana con lesión medular, está en el HNP ingresada desde hace 8 meses y probablemente reciba el alta en silla de ruedas, escucharte ha sido una luz en ese pozo del que has hablado y en el que yo me encuentro, hoy me has dado calma y esperanza en un día complicado. Gracias por compartir tu experiencia!!