¿Por qué tener objetivos resulta tan positivo? Tener objetivos nos ayuda a dirigir nuestras acciones hacia eso que realmente queremos, nos ayuda a definir las estrategias necesarias para alcanzarlo lo que queremos y, además, nos impulsa a estar motivados y ser persistentes.
Digamos que nuestros objetivos son los que nos hacen levantarnos cada mañana, los que nos impulsan a seguir cuando las cosas se tuercen.
¿Pero qué pasa cuando te planteas un objetivo, sigues y sigues y haces todo lo que se supone que debes hacer, pero a pesar de tu esfuerzo los resultados no llegan y no alcanzas eso que te había propuesto?
Si eres seguidor de este podcast, ya sabes que yo soy una gran entusiasta cuando se trata de establecer objetivos. De hecho, he diseñado mi propio método para definir un objetivo y alcanzarlo en 12 semanas. A pesar de todo esto, en ocasiones no logro alcanzar mis objetivos. Y es duro, la verdad. Y tal vez más si fracasas en directo, como yo lo he hecho
Es posible que esto te haya pasado también a ti, que te hayas marcado un objetivo y que o bien hayas abandonado o que no lo hayas logrado tras haberlo intentado con fuerza.
No lograr tus objetivos puede resultar desalentador y puede hacer que quieras renunciar. Si lo estás pensando te invito a que te quedes hoy conmigo en este episodio.
Índice de contenidos
Historia de un fracaso
Hace ya algún tiempo que me he ausentado del podcast.
Si me sigues desde hace tiempo sabes que antes del verano inicié una campaña de crowdfunding para recaudar los fondos necesarios para publicar un planificador financiero.
Dediqué mucho esfuerzo y horas y horas de trabajo para promocionar esta campaña. Yo creía que era un producto que realmente podía ayudar a cualquier persona que decidiese tomar las riendas de su vida y poner en orden sus finanzas..
Pero tras más de 3 meses de trabajo, tras cientos de horas dedicadas a este proyecto, fracasé y finalmente no conseguí el dinero necesario para hacer de este planificador una realidad.
La verdad es que yo puse mucha energía e ilusión en este proyecto, centré el segundo trimestre del año en él, pero pese a todo, no alcancé mi objetivo.
Cuando te pasa algo así te quedas chafada, la verdad. Me quedé bastante descolocada porque fracasar evidentemente no estaba en mis planes.
¿Qué he hecho en los últimos 3 meses?
La campaña finalizó durante la primera semana de julio. ¿Y qué he hecho desde entonces, tal vez te preguntes? Pues lo primero que hice fue tomar algo de distancia. Durante algo más de 2 semanas simplemente disfruté de la playa y digerí este fracaso de la mejor manera que pude.
Yo sabía que de esta experiencia tenía que sacar algo positivo, pero sinceramente en ese momento no lo veía. Sentí que simplemente había perdido algo más de 3 meses de mi vida en un proyecto que no me había generado nada, había perdido mi tiempo y lo que era peor, la ilusión de seguir.
Durante este tiempo perdí la ilusión de comunicar en el podcast. Al fin y al cabo ¿Qué os podía transmitir? Y decidí seguir atendiendo a los clientes que ya tengo, centrarme en los proyectos que me dan más dinero e incluso iniciar algún otro proyecto que me permita sacar más partido a alguna de mis fuentes de ingresos pasivos.
Y poco a poco fui dando un paso atrás y viendo las cosas con más perspectiva. Y comencé a ver ese fracaso de otra manera. Y te voy a contar este proceso porque tal vez te sirva de ayuda porque fallar es normal, sí no conseguir todos los objetivos que nos ponemos es algo muy habitual. Lo que pasa es que estamos acostumbrados a que todo el mundo hable de sus éxitos y no de los fracasos. Y la cuestión es que a menudo no conseguir ciertos objetivos incluso sirve como IMPULSO que catapulta a muchas personas hacia el éxito.
A mí me pasó hace 2 años. Después de fracasar en un proyecto creé el planificador del cambio, el podcast y mi vida literalmente se ha transformado. Conseguí convertir ese fracaso en una bendición, pero necesité tiempo y perspectiva.
Por eso, si estás en una situación similar a la que yo he atravesado, si sientes que no consigues tus objetivos, si has fracasado y te sientes decepcionado te propongo que sigas este proceso, que es el que yo he seguido en los últimos meses
Los 5 pasos que debes dar cuando no consigues tus objetivos
1. Piensa en ese error como una señal que te está indicando que algo no está bien.
El fracaso es una señal que te dice que algo está mal. Al igual que pasa con nuestro cuerpo cuando nos enfermamos. Antes de que suceda, empezamos a sentirnos mal y si no escuchamos esa señal, la enfermedad acabará por llegar.
A veces cometer errores, no alcanzar un objetivo, e incluso fracasar con un proyecto no es más que una señal que nos indica que algo no funciona, que necesitamos cambiar algo. No debes tomarlo como un punto final, sino como un aprendizaje. Y es que hay dos maneras de tomarse un fracaso: puedes caerte y levantarte o dejar que un fracaso te defina.
Como te decía, para muchas personas un fracaso ha sido una catapulta que les ha impulsado al éxito. Pero para poder entender por qué ha sucedido, debes tratar de escuchar qué te está diciendo ese fracaso porque seguro que hay un mensaje para ti.
2. Da un paso atrás y toma distancia
Yo he sido una persona bastante perfeccionista. No soportaba que las cosas no salieran como yo había planeado. Así que cuando no conseguía un objetivo mi primera reacción era esforzarme aún más para lograrlo. Y es que muchas veces como te he dicho antes no se trata de trabajar más y más duro. Si haces esto probablemente acabes quemándote. Como te decía muchas veces un fracaso trae un mensaje potente. Pero para entender ese mensaje debes dar un paso atrás y coger la perspectiva que te permita verlo de la forma correcta.
No tengas miedo de pararte, alejarse de ese problema o fracaso. La clave es despejar tu mente para que puedas ver el escenario general.
Aléjate de la situación. Haz algo totalmente diferente.
Esto fue lo que hizo Steve Jobs cuando lo despidieron de Apple. Se tomó tres meses de descanso antes de comenzar a trabajar. Y fue durante este período cuando descubrió lo que realmente quería en la vida. Dijo que fueron sus mejores momentos. Decidió que iba a empezar nuevamente como un principiante, en algo diferente. Quitarse la carga del éxito le permitió disfrutar de uno de los períodos más creativos de su vida
Te voy a poner un ejemplo. Imagínate que te pierdes en un bosque. Das vueltas y más vueltas y lo único que ves son las copas de los árboles ¿Qué harías en esta situación? Lo mejor sería dirigirse a un punto más alto que te permitiese saber exactamente qué camino tomar.
Lo mismo sucede cuando se trata de lidiar con el fracaso.
Intenta alejarte de la situación, hacer algo totalmente diferente para coger una perspectiva diferente.
Esto fue lo que yo he hecho en estos 3 meses. Pararme, alejarme de la situación, enfocarme en un proyecto totalmente diferente y buscar la perspectiva que me permitiese entender todo lo que había pasado.
3. Revisa qué salió mal y hazte las preguntas adecuadas
Si no has alcanzado tu objetivo, es probable que haya algunas cosas que deberías haber hecho de manera diferente. En este punto debes ser sincero contigo mismo. Es un punto crucial para aprovechar este fracaso y convertirlo en una oportunidad.
A veces fracasas porque no te has entregado, porque no lo has intentado lo suficiente porque no has dado todo lo que podías. A vece simplemente ese objetivo no estaba a tu alcance en ese momento. Otras simplemente te ha fallado la estrategia, el método.
La cuestión es que has fracasado. Busca el motivo. Haz una autopsia a ese fracaso. Algunas preguntas que te ayudarán pueden ser:
- ¿Realmente querías lograr ese objetivo? ¿Con qué intensidad querías lograrlo? Valóralo de 0 a 10. Si no es 10, probablemente es que no lo querías con la fuerza que requería.
- Si realmente lo querías lograr con la intensidad que requiere ¿Has hecho todo lo que estaba en tu mano para lograrlo? ¿Tomaste las acciones que requería lograr ese objetivo de forma constante?
- ¿Contabas con los recursos necesarios? ¿Tenías las habilidades necesarias para alcanzar ese objetivo?
- ¿Es así como lo hacen las personas que tienen éxito? ¿Es así como lo has hecho tú cuando has tenido éxito? ¿Has sido tu mejor versión?
- ¿Qué crees que podrías haber hecho de otra manera para lograr ese objetivo?
Responder a estas preguntas de forma sincera es un verdadero ejercicio de honradez contigo mismo. Probablemente muchas de estas respuestas no te gusten, pero si no eres capaz de encontrar el verdadero problema que te ha llevado a fracasar no serás capaz de resolverlo y de convertir este fracaso en un punto de impulsión en tu vida.
Te voy a confesar que a mí me ha llevado varias semanas, incluso meses enfrentarme a este cuestionario.
La tentación cuando algo falla es encontrar el error fuera de ti mismo: sientes que has fallado porque tus colaboradores no han estado a la altura, porque algo ha habido errores técnicos, porque nadie te ha ayudado…Depende de la situación en la que te encuentres puedes ver distintos motivos fuera de ti.
El caso es que todo lo que está fuera de ti está fuera de tu control. Así que tú debes buscar qué ha fallado en ti mismo que te ha alejado de ese objetivo.
En mi caso lo he tenido clarísimo. Una vez que he tomado la perspectiva necesaria y que he analizado todos estos puntos me di cuenta de que habían fallado varias cosas: me ha fallado el estado de energía con el que yo afronte ese proyecto, no he tenido un nivel físico y mental adecuado, actué desde el miedo y no me situé en mi mejor versión. No confié ni tuve el estado de energía que me ha llevado a tener éxito en otras ocasiones.
No he cuidado mi estado mental y físico, no fui constante con esos hábitos que me permiten alcanzar mi mejor versión. ¿Tomé acción? Sí ¿Me esforcé? Mucho ¿Definí un plan y lo seguí? Claro. Pero no trabajé mi estado de energía, no lo cuidé como debería, no tenía el nivel de confianza que requería este proyecto y dejé que entrase la crítica y la duda. Y empecé a actuar desde el miedo…
Y si soy sincera este fracaso me ha dejado muchos mensajes que me han ayudado a entender por qué me ha pasado. Por eso, si tú también has fracasado, te recomiendo que hagas este ejercicio. Busca tus respuestas a este tipo de preguntas y sé sincero. Aunque duela tienes que ser honesto porque si no lo haces no encontrarás la verdadera raíz del problema. Y una vez que lo hagas podrás afrontar un nuevo objetivo o este mismo nuevamente con un enfoque distinto.
4. Reconecta con tu meta
Fallar duele, hace que te tambalees y que te cuestiones seguir adelante.Por eso, cuando fallamos a la hora de conseguir objetivo, nuestra pasión suele verse afectada y nos desanimamos. Pero cuando esto sucede es el momento para que recuerdes por qué estableciste esa meta. Recordar tu por qué te ayudará a motivarte para comenzar de nuevo.
Y es que este por qué es el combustible que necesitas para seguir.
¿Cuál ha sido el verdadero propósito que te llevó a tomar acción? Este propósito es el que te mueve. Y este propósito debe tener una fuerza mayor que tú mismo, es lo que te llevará a hacer lo necesario para lograrlo.
Vuelve a conectar con ese propósito.
Las personas a menudo abandonan porque es demasiado difícil, porque no tienen tiempo o porque sienten que no son capaces de hacer eso que se proponen.
Estas son las excusas más frecuentes. Pero tú no vas a comprar estas malas excusas. Debes conectar con tu propósito y reavivar la llama que te llevó a empezar. Debes revisar tu propósito, debes encontrar ese motivo para volver a levantarte y tomar acción.
Recuerda tu porqué y escríbelo. Escríbelo y léelo cada día. Conecta con ese propósito. Es la mejor manera de reconectar con esa fuerza que te impulsó.
5. Actualiza tus objetivos y vuelve a empezar
Has fallado a la hora de lograr un objetivo. Después de hacer un análisis y de seguir los pasos anteriores, ha llegado el momento de decidir si quieres volver a retomar ese objetivo o lo vas a abandonar. El análisis que has hecho debería darte claridad acerca de si ese objetivo era realmente importante para ti y si era el momento adecuado para afrontarlo.
No debes tener miedo de abandonar un objetivo si te das cuenta de realmente no era importante para ti, pero tampoco temas volver a intentarlo si no lo alcanzas la primera vez.
Goge fuerzas y vuelve a empezar.
Al fin y al cabo solo has fallado en un objetivo. Los objetivos son el camino y no la meta. Debes tomar este error como parte del viaje que te va a llevar a alcanzar una meta más grande.
Este cambio de perspectiva supuso para mí un punto de inflexión. Dejé de centrarme en ese objetivo a corto plazo y me centré en un proceso más grande, y me di cuenta de que realmente en este camino sí que había avanzado mucho. Había fallado en un objetivo, pero había logrado muchos otros: más de 20 personas había confiado en mí para que les acompañase a la hora de lograr sus objetivos, había conseguido situar mi podcast entre los 3 más escuchados en su categoría en itunes España, había conseguido cocrear un grupo de mujeres emprendedoras en mi ciudad y conseguido multiplicar por 3 mis ingresos pasivos, casi igualando el salario que tenía cuando trabajaba para una empresa…y estaba cada vez más cerca de alcanzar la meta que me había marcado hace unos años.
Y es que en realidad alcanzar esa meta más grande requiere de una suma de pequeños objetivos. Y algunos de ellos se consiguen y otros no. Es la suma total lo que cuenta. El proceso y no el resultado es lo cambia en realidad nuestra vida.
Debes ser capaz de adaptarte a la nueva situación. Actualizar tus objetivos y ponerte en marcha nuevamente hacia esa meta. Es lo que se conoce como estrategia de adaptación
La estrategia de adaptación para alcanzar tus objetivos
Esto es lo que sucedió a Freddie Roach. Freddie desde muy pequeño estuvo vinculado al mundo del boxeo: su padre había sido boxeador profesional, su madre era jueza de boxeo y su hermano mayor era una gran promesa del boxeo.
Así que él se marcó la meta de ser uno de los mejores profesionales del mundo del boxeo.
Desde muy pequeño entrenaba en el gimnasio con su padre. A los 6 años comenzó a ir a este gimnasio 2 horas diarias durante 6 días a la semana.
Cuando llegó a los 15 años su motivación comenzó a decaer y empezó a poner excusas para no ir al gimnasio con la misma intensidad.
Poco a poco se empezó a reflejar en sus resultados hasta el punto que su madre le preguntó: “¿Por qué sigues peleando? No ves que te golpean todo el rato. Así no puedes pelear «
Esto supuso un revulsivo para él. Prometió probar que ella, y cualquier otra persona que dudara de él, estaban equivocados.
Así que volvió a entrenar con mayor intensidad que cualquiera de sus rivales, llegando a vencer incluso a su hermano, que era mejor boxeador que él.
Poco a poco su carrera despegó de tal manera que sintió que podía convertirse en el mejor boxeador del mundo. A los 18 años ya era un boxeador profesional. Era tan bueno que consiguió que uno de los mejores entrenadores del mundo lo acogiese y le enseñase todo lo que sabía. Su entrenador le enseñó una técnica que él mismo había desarrollado. Era la técnica que necesitaba para convertirse en campeón del mundo.
Entrenó duro, practicó la técnica hasta perfeccionarla y en los entrenamientos la ejecutaba de forma impecable. El problema surgía en los combates reales. En esos momentos Freddie se dejaba llevar por sus emociones y perdía el control. No era capaz de llevar a cabo esa técnica que le permitiría hacerse con el campeonato del mundo.
Esta falta de control emocional le llevó a perder un combate tras otro y desmoronó. A los 26 años se retiró sin haber logrado su sueño de convertirse en una gran figura del boxeo mundial.
Freddi, resentido con el boxeo, comenzó a beber y buscó trabajos esporádicos que le permitiesen pagar las facturas.
Un día, un amigo le pidió que lo acompañase al gimnasio para verlo pelear. Al llegar al gimnasio se dio cuenta de que el entrenador apenas prestaba atención ni a su amigo ni a los demás boxeadores. Entonces, decidió ir algún día como voluntario para asistirles y aconsejarles.
Casi sin darse cuenta se encontró de nuevo en el ring, entrenando a su amigo y a todo el que se .
Continuó trabajando en trabajos de poca monta para ganarse la vida, pero eso no fue un motivo para faltar al gimnasio cada día. Era el primero en llegar al gimnasio y en el último en irse. Comía y dormía cuando podía, pero él estaba siempre alllí para entrenar a todos los boxeadores que podía. Entrenó a todos los que se lo proponían. Y en esto encontró su nueva vocación, una que nunca antes había siquiera considerado.
En 1995, Freddie abrió su propio gimnasio en Hollywood, California. Después de trabajar con 28 campeones mundiales, entre los que se encuentran Mike Tyson, Freddie Roach ahora es reconocido como uno de los mejores entrenadores de boxeo a nivel mundial
Fue nombrado cinco veces Entrenador del Año por la Asociación Americana de Escritores y recientemente fue incluido en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional.
Finalmente consiguió convertirse en una figura del boxeo, pero en un ámbito que nunca se había planteado.
Normalmente supeditamos nuestros sueños a un resultado concreto. Nos guiamos por ese resultado y no por la pasión que nos impulsa.
Si has fracasado, si no has logrado uno de tus objetivos o varios, no desesperes. Recuerda que no estás atado a un resultado concreto, sino que lo que te impulsa en un propósito mayor, una fuerte pasión. Reconecta con esa pasión y persíguela cada día.
Tienes que vincularte al proceso y desvincularte del resultado.
Si actualmente encuentras obstáculos con tus objetivos, sigue esa pasión que te empuja, sigue lo que te dice tu corazón. No te des por vencido todavía. Muchas veces lo mejor está por venir y a menudo, al igual que sucedió a Freddy, se trata de algo que ni siquiera te habías planetado.
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